Tecnología al servicio de Dios

La oración ahora también es virtual

Una de las recomendaciones que más se escuchaban hasta hace poco al participar de los servicios de adoración de un culto, era la recomendación de mantener los teléfonos celulares apagados. Ahora, en plena segunda década del siglo XXI, los tiempos han cambiado un poco.En la actualidad,diversas herramientas tecnológicas permiten al  usuario comunicar a otros en tiempo real el mensaje del sermón que está escuchando en vivo o expresar por medio de diferentes herramientas una petición de oración.

Con la evolución de la telefonía móvil las comunicaciones dentro y fuera de la Iglesia han alcanzado otra dimensión  que ha favorecido de forma especial las labores evangelísticas. Los primeros adeptos a esta moderna forma de evangelismo:La juventud.Y es que como era de esperarse, con las mejoras en las comunicaciones vía mensajes de textos en los teléfonos celulares y la popularización de estos equipos entre la población, es muy difícil que una persona hoy en día no cuente con un teléfono móvil o celular. 

Además, la aparición desde hace algunos años de las redes sociales ha convertido a cientos de seguidores al Twitter en Reporteros y corresponsales que se han especializado en resumir en 140 caracteres la información más relevante al minuto para rebotarla a todo el globo. Esta inmediatez y vertiginosidad de la información que provee el uso de Twitter y Facebook ha tocado también las puertas del evangelio.

Ahora con el uso de las aplicaciones que traen consigo los teléfonos móviles se puede “escribir un estado”, “postear” o “twittear” acerca del mensaje del pastor durante el sermón del último sábado. Estas son algunas de las tantas ideas que han surgido para utilizar la tecnología en favor del evangelio.Además hay muchas páginas web que permiten publicar las peticiones de oración.

Fortaleciendo el “plan de oración 777”
Algunos de los beneficios  de usar la tecnología para una mejor comunicación con Dios está en la integración de la persona con el plan de oración de la Iglesia Adventista en Interamerica, el cual consiste en orar los 7 días de la semana a las 7 am y a las 7 pm.