Iglesia Adventista del Séptimo Día

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la obra medico asistencial en centenario adventista venezuela

Cien años de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Venezuela (1910-2010)

La obra médico asistencial adventista en Cien años

Desde el mismo comienzo de la predicación del mensaje adventista en Venezuela se hizo presente la parte médico asistencial. La pareja de Ricardo y Rebeca Greenidge formaban parte del primer equipo evangelístico, siendo su labor fundamental la creación y mantenimiento de los salones de hidroterapia. Era tal la importancia de tales tratamientos que mucha gente pudo entrar en contacto con los misioneros al buscar la salud física

Como consecuencia del éxito de los salones la administración de la Iglesia a nivel mundial para entonces dispuso que era requisito indispensable para los nuevos misioneros, hacer una "pasantía" en uno de los hospitales adventistas en el mundo antes de viajar a Venezuela. 

Sin embargo, en 1922, cuando los Greenidge se trasladaron a Camaguán para la fundación del colegio, los salones de hidroterapia perdieron su impulso de varios años, hasta desaparecer totalmente. En lo sucesivo algunos misioneros aplicarían tratamientos infra-rojos y masajes, pero sin instalar salones en forma permanente.

Pero ese receso se rompió el 12 de octubre de 1940, fecha cuando abrió sus puertas el dispensario adventista de Caracas, por iniciativa del secretario tesorero de la Misión, Ricardo Fito M. y bajo la dirección del Presidente de la Misión, el pastor Augusto Rodolfo Sherman.

El equipo inicial del Dispensario estaba formado por el Pastor Sherman como director y dentista, su esposa Opha como enfermera, Ricardo Fitó como secretario tesorero y Nathaniel García R. como practicante. Siendo que durante el primer año de actividades no hubo servicio médico, la actividad se reducía a extracciones y curas dentales, inyecciones y masajes, todo ello en un pequeño espacio del depósito y cuarto de huéspedes de la casa de la misión.

En vista del creciente número de pacientes que cada día solicitaban los servicios del dispensario, la Misión decidió dividir el cuarto de depósito y crear una nueva sala para ampliar los servicios. Así, en 1941 bajo la dirección del Dr. Ernesto Dias Vargas, se crea el servicio médico, el cual a su vez, se amplió al año siguiente con la contratación de un médico más: El Dr. Carlos Rojas Rengifo

En 1944, la misión trasladó sus oficinas a una casa cercana ( Bucare a Carmen #97), dejando suficiente espacio para ampliar nuevamente el dispensario. También por esa época la organización de la iglesia decidió el envío de una pareja de misioneros médicos: Douglas C Prenier y señora para ayudar en las labores del dispensario. Y se obtuvieron además los servicios de un tercer dentista: Padilla Illas

El día del cuarto cumpleaños del dispensario, el 12 de octubre de 1944, fue inaugurada una nueva sala dental en el salón junto al templo, frente a la calle

Con el fin de extender las actividades médicas hacia el interior del país, se fundó un servicio rodante que consistía en un par de vagones del ferrocarril Bolívar equipados para realizar extracciones y curas dentales, así como inyecciones y primeros auxilios en las poblaciones de los estados yaracuy, Falcón y Lara atendidos por esa compañía. La empresa acondicionó un vagón para vivienda y otro como mini clínica, y los cedió en comodato a la Misión; esta proveía los equipos y medicinas a través del Dispensario de Caracas, así como la pareja de misioneros formada por Carlos y Zoila muñoz. Se inauguró el 20 de marzo de 1947 y trabajó varios años entre Aroa y Palma Sola, hasta que cambiaron las autoridades del ferrocarril y las nuevas decidieron exigir un alto precio por el uso de los vagones. Lamentablemente esto resultaba extremadamente costoso para las posibilidades del dispensario y fue necesario eliminarlo

Luego de la salida de los Richardson, el dispensario comenzó a decaer en sus servicios hasta el punto de quedar sin médicos y paralizar los tratamientos hidroterapéuticos, manteniendo únicamente las extracciones dentales y las inyecciones. Esta situación duró hasta 1951, cuando llegó la enfermera Amilde Hortúa Mendoza para trabajar como directora y enfermera, restableciendose algunos de los servicios que habían estado deshabilitados. También se contrataron los servicios del Dr. Alejandro Meléndez Leiva, con quien se practicaban operaciones de cirugía menor y un servicio de otorrinolaringología. 

En vista de los problemas que tenían que enfrentar los misioneros para visitar las congregaciones que continuamente se iban organizando en los llanos, por la falta de carreteras y las inundaciones en las sabanas, se adquirían pequeñas embarcaciones que se paralizaban al terminar la época de lluvias, y la mayoría de los cuales quedaban inservibles para la siguiente temporada. Luego de la eliminación del servicio rodante, el hermano muñoz fue trasladado al distrito Apure con sede en San Fernando, desde donde debía atender a los vecinos de ambas riberas del río apure, para lo cual se les entregó una lancha con motor fuera de borda bautizada con el nombre de "Ernestina". Esta lancha desarrolló una apreciable labor asistencial hasta varios años, hasta el momento cuando ya no era posible seguir utilizándola con seguridad para los misioneros y fue necesaria venderla a un particular. 

Cuando el Dr. Pohle fue designado departamental de salud de la División Interamericana, ordenó la construcción de un pequeño yate para que sirviera de dispensario flotante a lo largo del río orinoco. Esa embarcación fue construida en Nicaragua y una comisión fue a buscarla, para trasladarla hasta La Guaira. Se invitó al pastor Glen Henrickson, quien tenía entrenamiento como sanitarista, para que viniera con su familia a tripular la lancha misionera El mensajero. En ella los Henrickson trabajaron durante más de 10 años, hasta que él fue transferido a las oficinas de la Misión para dirigir el programa "operación Nirgua", con el fin de recaudar fondos para la construcción del Instituto Vocacional de Venezuela, en 1963

En 1955 es reestructurado el dispensario adventista de Caracas al contratar los servicios del Dr. Alfonso Muller Rojas, seguido por el Dr. Aquiles Longobardi Domínguez quien tuvo que renunciar dándole paso al Dr. Lino Tovar Parra. Este cambio trajo un servicio médico a diario, ya que ambos médicos se intercalaban los días de consulta, de lunes a viernes.

También se organizó el servicio dental, estableciendo dos guardias con dentistas diferentes de lunes a viernes y una guardia los domingos por la mañana.Para ello se lograron los servicios profesionales del Dr. Ricardo Semprún Troconis.

En 1960 ante los inminentes rumores de construcción de una avenida por el frente de la propiedad, la cual afectaría las instalaciones del Dispensario, la administración de la Misión resolvió la construcción de un edificio en la parte inferior de la propiedad, para dotar al dispensario de una nueva sala dental en la planta baja y nuevas oficinas para la misión en los pisos superiores.

 

Fuente: Libro Sin temor al futuro / Nathaniel García Robayna